Sólo estamos en abril, y la lista de bochornosas actuaciones por parte del Ayuntamiento ya es larga. En "personas sin hogar" hemos sufrido desde la indecente gestión de la pandemia (Contagiadas por covid, aisladas en una biblioteca), pasando por la negligente no actuación ante Filomena (Denuncian falta de previsión en el trato a personas sin hogar durante el temporal), para llegar estos días a la inhumanidad de campaña de frío (Los trabajadores de los albergues de Madrid denuncian el cierre prematuro de la campaña de frío: "400 personas quedan en total desprotección").
Ante la gravedad de lo anterior, otras noticias parecen casi anécdotas, pero reflejan a las claras que la red de atención a personas sin hogar, lejos de ser un servicio público de calidad, se parece mucho más a un cortijo (Una responsable de los centros para personas sin hogar de Madrid coló a su marido para hacerse un test rápido). Eso sí, un cortijo privatizado, que esto no va de hacer romerías sino de llevárselo a espuertas.
Por desgracia las vergüenzas se extienden fuera de nuestra red. Desde disgustos como el de la convocatoria de plazas de Educación Social hasta la sangrante constatación de la realidad: se está derivando a familias desde Servicios Sociales a las Asociaciones de Vecinos ante la falta de respuesta del Ayuntamiento, que está dejando en la estaca a miles de familias (El Ayuntamiento de Madrid deriva hacia las asociaciones vecinales a familias necesitadas que no puede atender). Ni la propaganda, ni las excusas, ni las medias verdades y las mentiras pueden seguir ocultando la verdad. No hay suficientes alfombras, señor Aniorte.
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