El pasado día 7 de julio, tras
las quejas de picores en la piel de un usuario y observar las erupciones, se
realiza una visita a su centro de salud y se deriva a infecciosos, donde se confirma
que se trata de un caso de sarna. Ante sintomatologías similares, se revisan
otros posibles casos, y a día de hoy son
seis los afectados (tres usuarios y tres trabajadores).
Tras conocer el brote y solicitar
el tratamiento profiláctico a la empresa, ésta en principio se niega, no
facilitando el tratamiento hasta el sábado 15 (¡más de una semana después!),
tras confirmarse el primer caso de sarna entre la plantilla y denuncia pública
mediante. En principio, la empresa se ha comprometido a que como tarde este
lunes se facilitará el tratamiento profiláctico a todas las profesionales y a
los allegados de aquellos que han resultado infectados. Sin embargo, se sigue
negando el tratamiento profiláctico a las personas usuarias del centro, por lo
que el tratamiento de la plantilla puede ser completamente ineficaz y puede
cronificarse el brote en el centro. Además, ¿es que las personas sin hogar no
tienen derecho a que se proteja su salud? ¿Pero esto qué es?
De los responsables del
Ayuntamiento seguimos sin tener noticias. Por diversos medios hemos conocido la
versión falaz de Darío Pérez (jefe del servicio), que sin ningún pudor ha
mentido deliberadamente a la prensa (de igual manera que ha mentido Asispa) en
un absurdo intento de echar balones fuera y minimizar tanto el problema
sanitario como su negligente actuación. Ni el brote está controlado
(sospechamos que en los próximos días se confirmarán más casos), ni Madrid Salud
se ha puesto en contacto con los trabajadores del centro ni se han facilitado
las medidas profilácticas necesarias. De hecho, la coordinación intercentros ha
brillado por su ausencia ante la incomparecencia de los responsables
municipales, por lo que en pleno brote de sarna se ha trasladado a La Rosa a
usuarios de otros centros, y se ha trasladado a residentes de La Rosa a otros
recursos (como el traslado realizado a Geranios, por mucho que Darío Pérez lo
niegue). Ni siquiera se ha informado a las plantillas de la situación, por lo
que no se está tomando ninguna medida de precaución. El proceder de los
responsables de la red está siendo cuando menos temerario.
Desde Asispa se han ido dando
pautas de actuación incoherentes, demostrando la más absoluta improvisación y
el total desconocimiento del proceder ante un brote de sarna del Servicio de
Prevención de una empresa cuyo negocio es la atención a los colectivos más
vulnerables a la sarna (personas sin hogar y ancianos). Esta errática actuación
ha conllevado un sufrimiento añadido a los primeros usuarios contagiados, ya
que estuvieron varios días aislados en una sala inadecuada (las lamentables
condiciones del centro no dan para más), cuando lo pautado son únicamente 24
horas de aislamiento tras el inicio del tratamiento.
La plantilla de La Rosa hemos
vivido de manera directa una vez más el olvido y el desdén que tanto
administraciones como empresas tienen hacía nuestro sector y las personas con
las que trabajamos. Desde el pasado día 7 se han ido conociendo nuevos casos y
estamos seguras de que se conocerán más a lo largo de estos días. Denunciamos
la desprotección a la que estamos sometidas ante esta epidemia y ante cualquier
otra (tuberculosis, etc). Volvemos a exigir que la Prevención de Riesgos
Laborales se tome en serio, por nuestra salud y por la de las personas a las
que atendemos. Como muestra un botón: Asispa se ha negado reiteradamente a
reconocer los riesgos biológicos a las trabajadoras sociales en la Evaluación
de Riesgos Laborales. Entre los contagiados hay miembros de esta categoría
profesional. ¿Y ahora qué?
Llegados a este punto exponemos
que nos parece una vergüenza que no se hayan tomado medidas antes, que las
propias trabajadoras tengamos que ir exigiendo
un tratamiento a la empresa, más aún cuando esta no ha actuado con precaución
en ningún momento. Como el periodo de
incubación de la sarna es de dos semanas a un mes, seguramente habrá muchos más
casos, familiares y allegados de los
trabajadores del centro están expuestos, y en vez de actuar con la diligencia
que una emergencia como esta requiere, se niega el problema y se intenta tapar con
mentiras en prensa.
Desde La Rosa En Lucha exigimos
que se asuman responsabilidades, y que se reconozca el riesgo biológico al que estamos
sometidos en el trabajo. Y lo más importante: ante alertas de este tipo
exigimos claridad y transparencia frente
a la opacidad y la mentira a que estamos acostumbrados. La alarma social se
genera por la desinformación, las medias verdades y las mentiras, no por hacer
públicas las situaciones de riesgo y las medidas a tomar.
Estamos especialmente dolidas por
la petición de Darío Pérez de “no estigmatizar aún más a las personas sin hogar”.
¿Qué insinúas, que al denunciar la desatención que sufrimos estamos
estigmatizando a las personas con las que convivimos diariamente, con las que
sentimos en común, lloramos y reímos? Darío, no seas cínico. Lo que estigmatiza
es la desatención y la invisibilización (los saraos navideños al más puro
estilo Plácido tampoco ayudan). Vivir entre moscas, mosquitos, cucarachas y
hasta libélulas, durmiendo en el suelo, ahonda los procesos de exclusión
social. Y el responsable eres tú.
La calidad de vida de las
personas que atendemos no parece estar entre las preocupaciones de los
responsables de la red. Se olvida la
importancia de unos buenos recursos materiales y unas condiciones de trabajo
dignas para lograr una Intervención Social de calidad.
Por favor ayúdanos a difundir el
comunicado para que se contenga cuanto antes el brote de sarna, para mejorar la calidad del servicio que se
presta a las personas que son atendidas en recursos municipales y para que todo el mundo sepa cómo se gestionan
sus impuestos y en qué bolsillos acaban.
Señores del Ayuntamiento ¡les estamos esperando!
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