El pasado 10 de marzo se recibió
la noticia de que el Teatro Real, gestionado por una empresa privada disfrazada
de fundación, pretendía ejecutar la absorción del Teatro de la Zarzuela. Este
hecho supondría la privatización progresiva de los teatros nacionales,
destrucción de puestos de trabajo en ambos centros debido a la política de
externalización llevada a cabo por la Fundación Teatro real en los últimos
años, se perdería, además, la contratación de artistas españoles, ya que esta
fundación tiene como política la contratación de artistas extranjeros en sus
obras, y la desaparición paulatina del género lírico nacional con la consabida
subida de precios en las entradas que convertirían en prohibitiva la
oportunidad de acceder a sus espectáculos, como viene sucediendo en el Teatro
Real (recordemos que funciona mayoritariamente por la adquisición de bonos a
precios prohibitivos y entradas caras de escasa visibilidad).
Todo esto convertiría al INAEM en
un servicio externalizado más, dentro de las políticas neoliberales que se
vienen forjando y adueñando de todo, teniendo como consecuencia la
precarización del servicio y el enriquecimiento de unos cuantos.
Pero, ¿quién está detrás de todo
esto?, como viene siendo habitual, tras todos estos ejercicios de
externalización no solo hay empresas, como en este caso, Fundación Teatro Real,
también hay nombres propios, en este caso, Gregorio Marañón y Bertrán,
presidente del Teatro Real y de Universal Music Spain. Como dato curioso cada
mes de julio el Teatro Real acoge el Universal Music Festival, en el que actúan
estrellas de nombre internacional en el mundo de la música. Casualmente, si
antes era Universal Music Spain quien alquilaba a precio módico el Teatro Real
para tal evento, es ahora el propio Teatro Real quien pagará porque se celebre
en sus espacios dicho festival. Si finalmente se lleva a cabo
esta vergonzosa maniobra, el Teatro de la Zarzuela pasara a formar parte de los
intereses y ganancias de Gregorio Marañón y Bertrán.
Desde la Plataforma por la (re)
municipalización de los Servicios Públicos y en defensa de la gestión de los
mismos, mostramos nuestra oposición a este ataque político- empresarial,
exigiendo la defensa de lo público y la inclusión del Teatro Real en el INAEM, así
como la NO privatización del Teatro de la Zarzuela.
No podemos dejar de alabar la
conciencia de clase y lucha de los trabajador@s del INAEM y su rápida
organización para convertirse en la punta de lanza en estos momentos, que debe
guiar a las personas y colectivos en la defensa de los servicios públicos y los
intereses de la clase trabajadora en general. Nos sumamos a la respuesta
combativa, talentosa y artística que generan los trabajador@s del INAEM, en
respuesta a un concepto neoliberal y elitista que pervierte y aniquila los
derechos laborales, la solidaridad y la participación.
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