martes, 12 de mayo de 2020

Disparates.

Desde la declaración de la pandemia hemos asistido a una sucesión de negligencias y disparates. A todos los niveles. Incluyendo el fracaso de las distintas administraciones públicas, acompañado de un aluvión de propaganda mediática. Desde confundir el estado de alarma con un "estado de sitio" (provocando una aluvión de multas de dudosa legalidad) hasta el colapso mortal del sistema de atención geriátrica.

Sin duda la palma de oro en esto de los disparates se lo lleva la Comunidad de Madrid, con Ayuso a la cabeza. Una aparente estupidez tras otra, pero que en realidad no es sino la defensa de los intereses económicos de la clase social a la que representa. Eso sí, de forma delirante, contribuyendo a la desinformación general a base de sandeces. A tal nivel que su directora general de Salud Pública ha dimitido ante el intento de pasar a fase 1.

Sin duda lo más grave está sucediendo en las residencias de nuestros mayores. Quienes nos sacaron de la dictadura y levantaron el estado de bienestar en nuestro país no merecen acabar así sus días. Un crimen que confiamos no quede impune, tras la denuncia presentada por las familias y las trabajadoras agrupadas en la Marea de Residencias. Querella criminal colectiva contra Isabel Díaz Ayuso, su consejero de Sanidad y diez directores de residencias, por los delitos de homicidio imprudente y denegación de auxilio.


Una de las últimas polémicas ha sido la decisión de repartir mascarillas fpp2 a la población, a través de las farmacias. Una decisión populista que no soluciona realmente nada. Un acto miserable de propaganda política en medio del desabastecimiento generalizado de este tipo de mascarillas entre quienes realmente las necesitamos por trabajar expuestos al virus. Por este motivo se ha lanzado la campaña "Apadrina a un profesional de la Sanidad", planteando a los madrileños que donen las mascarillas a los hospitales. 

Por otro lado, surgen dudas sobre la calidad de las mascarillas. Incluso la patronal las plantea. ASEPAL (Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual) denuncia que estas mascarillas que está repartiendo la Comunidad de Madrid incumplen la normativa.

Desde La Rosa en Lucha sumamos nuestra modesta voz a la Marea de Residencias y a la Marea Blanca: #AyusoDimisión

Por último, en los mentideros de la villa se rumorea que la operación ha supuesto un auténtico pelotazo (con dinero público, como siempre) para la empresa de distribución farmacéutica Cofares. Intereses políticos y económicos pescando en río revuelto. Tampoco sería algo nuevo en el epicentro de la corrupción.


No hay comentarios:

Publicar un comentario