domingo, 10 de enero de 2021

10 de Enero. Nada que celebrar

Hoy se conmemora el Día de los y las integradoras sociales. Pero no nos engañemos, no tenemos nada que celebrar. Seguimos siendo un colectivo profesional invisibilizado y ninguneado. Y no es por casualidad. Para las empresas no somos más que mano de obra barata, y para las administraciones una forma de abaratar costes. Precariedad y sueldos miserables marcan nuestra vida laboral. Por ejemplo, quienes ejercemos nuestra profesión a jornada completa en un centro de acogida de menores, cobramos 1060 euros brutos al mes. Y eso si se nos reconoce la categoría profesional, que no es lo habitual. A lo que hay que sumar elevados índices de parcialidad y temporalidad en las contrataciones.

En nuestro caso, quienes trabajamos en recursos del Ayuntamiento de Madrid (todos privatizados), la situación sigue siendo la misma. Ante la firma del Convenio de Acción e Intervención Social, los responsables de la red de atención a personas sin hogar jugaron sucio y decidieron dejar de solicitar la titulación para acceder al puesto de Auxiliar de Servicios Sociales. De esta forma, volvían a ningunear nuestra profesionalidad e impidieron la dignificación de nuestros sueldos, cargándose en los pliegos lo que habíamos conseguido en la negociación colectiva. El Ayuntamiento nos ha "robado" 2500 euros al año, que con nuestros sueldos, supone un dineral.


Y en estas estábamos cuando llegó la pandemia. Entonces nos declararon esenciales. Y nos enfrentamos al virus a pecho descubierto porque el Ayuntamiento consiente que las empresas que gestionan sus servicios incumplan la legislación en materia de prevención de riesgos laborales (y de paso los pliegos) sin ninguna consecuencia. Las empresas, por su parte, únicamente han reaccionado a base de denuncias, trabajando durante meses sin protección alguna. Eso sí, todo fueron buenas palabras y alabanzas de empresas y responsables municipales: que si gran profesionalidad, que si vocación y entrega, que si labor fundamental...Pero llegan nuevos pliegos, y parece que nada va a cambiar. Por ejemplo, en los nuevos pliegos del albergue municipal Mejía Lequerica, sí exigen la titulación pero especifican nuestro encuadre en la categoría 3. Un insulto más. Sr Aniorte, estamos hasta las gónadas de tanto mamoneo.



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