martes, 16 de julio de 2019

Cómete el calor

Como es sabido, en abril nos trasladamos a las instalaciones de campaña de frío, mientras se realizan las obras para el nuevo centro en La Rosa. 

Antes del traslado, realizamos una visita para conocer las instalaciones, guiada por técnicos del Ayuntamiento responsables de la red de atención a personas sin hogar. Durante la misma, advertimos la falta de climatización de las instalaciones, que tenían pinta de convertirse en un horno en verano. Así lo comunicamos a los técnicos allí presentes. La respuesta fue desconcertante. Con otras palabras, vinieron a decirnos que os vais a comer el calor. Alegaron que no se puede climatizar y que no se pueden instalar pingüinos portálites (precaria solución) porque la instalación eléctrica no lo iba a soportar. ¿Cómo puede ocurrir esto en un edificio municipal de reciente construcción? ¿No tendrá más que ver con la potencia contratada? En fin. Les instamos a buscar una solución.

Desde ese momento, también trasladamos a la empresa la necesidad de buscar una solución a lo que iba a pasar en pocos meses. ¿La respuesta? Que la titularidad de las instalaciones es del Ayuntamiento, así que al ente público le corresponde buscar una solución, no a Grupo 5. Y así, pasándose la pelota de unos a otros, llegamos a la situación que denunciamos días atrás.  

Que si no hay solución, que si este marrón no es mío...hasta que finalmente la empresa, haciendo gala de gran magnanimidad (suponemos que con la idea de denuncias rondando por algunas cabezas por la sede) trajo tres pingüinos (obviamente insuficiente). Y finalmente el Ayuntamiento puso su granito de arena en la solución. ¡Trajo algunos ventiladores! Enésima tomadura de pelo.
Han llegado más pingüinos, teniendo que ser reparados algunos. Obviamente sabíamos que no iban a ser nuevos. Pero nos surge una inquietud, ¿nos estarán "enfriando" a nosotros desvistiendo otros santos? En cualquier caso, la solución no sólo es precaria, también insuficiente.

No se vayan todavía porque falta el chiste final. A veces hay que andar apagándolos, porque ¡saltan los plomos! Así que, agotadas todas las paciencias posibles, finalmente hemos terminado en Inspección de Trabajo, y comiéndonos el calor, como pronosticó el Ayuntamiento. ¿Conclusión de esta nueva aventura rosera? Que no te fíes de ningún patrón, ni público ni privado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario