domingo, 16 de julio de 2017

Sarna en La Rosa. Negligencias y cachondeos varios



El pasado día 7 de julio, tras las quejas de picores en la piel de un usuario y observar las erupciones, se realiza una visita a su centro de salud y se deriva a infecciosos, donde se confirma que se trata de un caso de sarna. Ante sintomatologías similares, se revisan otros posibles casos, y a  día de hoy son seis los afectados (tres usuarios y tres trabajadores). 


Tras conocer el brote y solicitar el tratamiento profiláctico a la empresa, ésta en principio se niega, no facilitando el tratamiento hasta el sábado 15 (¡más de una semana después!), tras confirmarse el primer caso de sarna entre la plantilla y denuncia pública mediante. En principio, la empresa se ha comprometido a que como tarde este lunes se facilitará el tratamiento profiláctico a todas las profesionales y a los allegados de aquellos que han resultado infectados. Sin embargo, se sigue negando el tratamiento profiláctico a las personas usuarias del centro, por lo que el tratamiento de la plantilla puede ser completamente ineficaz y puede cronificarse el brote en el centro. Además, ¿es que las personas sin hogar no tienen derecho a que se proteja su salud? ¿Pero esto qué es?


De los responsables del Ayuntamiento seguimos sin tener noticias. Por diversos medios hemos conocido la versión falaz de Darío Pérez (jefe del servicio), que sin ningún pudor ha mentido deliberadamente a la prensa (de igual manera que ha mentido Asispa) en un absurdo intento de echar balones fuera y minimizar tanto el problema sanitario como su negligente actuación. Ni el brote está controlado (sospechamos que en los próximos días se confirmarán más casos), ni Madrid Salud se ha puesto en contacto con los trabajadores del centro ni se han facilitado las medidas profilácticas necesarias. De hecho, la coordinación intercentros ha brillado por su ausencia ante la incomparecencia de los responsables municipales, por lo que en pleno brote de sarna se ha trasladado a La Rosa a usuarios de otros centros, y se ha trasladado a residentes de La Rosa a otros recursos (como el traslado realizado a Geranios, por mucho que Darío Pérez lo niegue). Ni siquiera se ha informado a las plantillas de la situación, por lo que no se está tomando ninguna medida de precaución. El proceder de los responsables de la red está siendo cuando menos temerario.


Desde Asispa se han ido dando pautas de actuación incoherentes, demostrando la más absoluta improvisación y el total desconocimiento del proceder ante un brote de sarna del Servicio de Prevención de una empresa cuyo negocio es la atención a los colectivos más vulnerables a la sarna (personas sin hogar y ancianos). Esta errática actuación ha conllevado un sufrimiento añadido a los primeros usuarios contagiados, ya que estuvieron varios días aislados en una sala inadecuada (las lamentables condiciones del centro no dan para más), cuando lo pautado son únicamente 24 horas de aislamiento tras el inicio del tratamiento.  


La plantilla de La Rosa hemos vivido de manera directa una vez más el olvido y el desdén que tanto administraciones como empresas tienen hacía nuestro sector y las personas con las que trabajamos. Desde el pasado día 7 se han ido conociendo nuevos casos y estamos seguras de que se conocerán más a lo largo de estos días. Denunciamos la desprotección a la que estamos sometidas ante esta epidemia y ante cualquier otra (tuberculosis, etc). Volvemos a exigir que la Prevención de Riesgos Laborales se tome en serio, por nuestra salud y por la de las personas a las que atendemos. Como muestra un botón: Asispa se ha negado reiteradamente a reconocer los riesgos biológicos a las trabajadoras sociales en la Evaluación de Riesgos Laborales. Entre los contagiados hay miembros de esta categoría profesional. ¿Y ahora qué?


Llegados a este punto exponemos que nos parece una vergüenza que no se hayan tomado medidas antes, que las propias trabajadoras  tengamos que ir exigiendo un tratamiento a la empresa, más aún cuando esta no ha actuado con precaución en ningún momento.  Como el periodo de incubación de la sarna es de dos semanas a un mes, seguramente habrá muchos más casos,  familiares y allegados de los trabajadores del centro están expuestos, y en vez de actuar con la diligencia que una emergencia como esta requiere, se niega el problema y se intenta tapar con mentiras en prensa.


Desde La Rosa En Lucha exigimos que se asuman responsabilidades, y que se  reconozca el riesgo biológico al que estamos sometidos en el trabajo. Y lo más importante: ante alertas de este tipo exigimos  claridad y transparencia frente a la opacidad y la mentira a que estamos acostumbrados. La alarma social se genera por la desinformación, las medias verdades y las mentiras, no por hacer públicas las situaciones de riesgo y las medidas a tomar.


Estamos especialmente dolidas por la petición de Darío Pérez de “no estigmatizar aún más a las personas sin hogar”. ¿Qué insinúas, que al denunciar la desatención que sufrimos estamos estigmatizando a las personas con las que convivimos diariamente, con las que sentimos en común, lloramos y reímos? Darío, no seas cínico. Lo que estigmatiza es la desatención y la invisibilización (los saraos navideños al más puro estilo Plácido tampoco ayudan). Vivir entre moscas, mosquitos, cucarachas y hasta libélulas, durmiendo en el suelo, ahonda los procesos de exclusión social. Y el responsable eres tú.


La calidad de vida de las personas que atendemos no parece estar entre las preocupaciones de los responsables de la red.  Se olvida la importancia de unos buenos recursos materiales y unas condiciones de trabajo dignas para lograr una Intervención Social de calidad.


Por favor ayúdanos a difundir el comunicado para que se contenga cuanto antes el brote de sarna,  para mejorar la calidad del servicio que se presta a las personas que son atendidas en recursos municipales y  para que todo el mundo sepa cómo se gestionan sus impuestos y en qué bolsillos acaban.

Señores del Ayuntamiento ¡les estamos esperando!
 

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