domingo, 13 de mayo de 2018

El Ayuntamiento de Madrid hace oídos sordos ante las demandas de sus trabajadoras externalizadas


El pasado viernes las plantillas de Ocio Educativo se concentraron frente a los locales del Ayuntamiento de la calle Montalbán, junto a las Escuelas Municipales de Música y Danza. Porque ya no pueden más, mientras el Ayuntamiento sigue mirando a otro lado.

Los trabajadores y trabajadoras de Ocio Educativo (Centros Cívicos y Culturales, Museos, Animación Sociocultural, Centros Socioculturales de Personas Mayores, Bibliotecas, Ludotecas, Casas de colonias y albergues, campamentos, actividades educativas de comedor escolar, patio, extraescolares, refuerzo escolar…) que imparten actividades de diferentes disciplinas prestando un servicio público, son contratados por empresas privadas a través de licitaciones periódicas. Hace años que vienen sufriendo un abandono por parte de las instituciones públicas y un abuso por parte de las empresas que han llevado a estos profesionales a una precariedad laboral extrema.

En el año 2008 sufrieron una bajada salarial estimada en un 50% y año tras año han ido bajando los salarios y precarizándose las condiciones laborales. Actualmente están cobrando entre 6 y 8 euros la hora trabajada, no incluyendo trabajos requeridos, exigidos e inherentes a la actividad como programas, contenidos, metodología y organización en las aulas, preparación de clases, evaluaciones e informes, etc.

Además tienen que aportar sus propios materiales y realizar cursos de formación fuera de su horario laboral. En ocasiones tienen demasiados alumnos, las instalaciones no reúnen las condiciones necesarias para el buen desarrollo de su actividad (por ejemplo aulas con mala ventilación donde se imparten talleres de pintura o restauración, donde es necesario el uso de materiales que generan gases tóxicos), o no se tiene en cuenta en las ratios la presencia de alumnos con necesidades educativas especiales, cuestión que si se considera en la educación formal y que se descuida en este sector.

Los recortes en las dotaciones económicas para los concursos o licitaciones, son la excusa que dan las empresas para evitar la subida salarial y mantener a los trabajadores/as en una situación por debajo del umbral de la pobreza (Según el INE, en 2013 los ingresos que marcan el umbral de pobreza de una persona se situó en 8.114 euros), cifra que no se alcanza en este sector.

Las instituciones no efectúan ningún control para evitar los abusos ni mantienen relación con los trabajadores/as, no obstante determinan a través de las sucesivas licitaciones y pliegos la situación laboral, estando a merced de los cambios de empresa o empresas que, una vez adjudicadas, gestionan los contratos. En muchas ocasiones esta situación hace perder derechos que deberían ser de aplicación obligada con las cláusulas de subrogación, como la pérdida de salarios, de jornada, el pago por los traslados de centro a centro….

Por otra parte, CCOO denuncia que las licitaciones de los pliegos son discriminatorios a nivel salarial y en condiciones laborales dependiendo de cada distrito. Mismo trabajo mismo salario. Entendemos que con dinero público en manos privadas se mantiene la precariedad laboral. ¡Basta ya de empleos precarios!¡Dignidad laboral!

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