jueves, 28 de febrero de 2019
martes, 26 de febrero de 2019
Los pobres se lo gastan en vino
Eso nos han contado siempre, que los pobres se lo gastan en vino. Por eso hace falta quien gestione los dineros destinados a atenderles (Iglesia, oeneges, empresas, entidades, fondos buitre, etc). Tampoco es cierto eso de que "los inmigrantes se quedan con las ayudas" (¡cuánta ignorancia!). Al final, resulta que quien se está quedando las "ayudas" es la propia Comunidad de Madrid. Así lo denuncian desde RMI, tu derecho, y así lo ha corroborado el Defensor del Pueblo. Dejamos el enlace a un par de noticias, no nos tache alguien de mentirosos.
lunes, 18 de febrero de 2019
8-M: Todas y todos a la Huelga General
El Estado español se encuentra a la cabeza de la
Unión Europea en cuanto a desigualdad laboral
entre hombres y mujeres. Seguimos teniendo
mayor dificultad para acceder al mercado laboral (el 60% de la población inactiva es femenina) y cuando lo hacemos, cobramos menos, de
media un 23% menos que nuestros compañeros
(diferencia que va en aumento). Esta brecha salarial de género se debe a varios factores. Los sectores más feminizados tienen peores convenios
o directamente no se les aplica ninguno (dos de
cada tres trabajadores pobres son mujeres), y la
parcialidad y temporalidad en la contratación
también se ceba en nosotras: el 74% de los contratos a jornada parcial y el 67% de los contratos temporales.
La brecha salarial se perpetúa, conllevando una
desigualdad en las pensiones. La menor cotización
y los efectos de los parones en la vida laboral por
motivos familiares (el 84% de las excedencias por
cuidado de hijos fueron solicitadas por mujeres) terminan afectando, de manera que sólo el 37%
de las mujeres percibe una pensión por jubilación frente al 62% de los hombres. Además, las
que cobran pensión perciben de media un 38%
menos que los hombres.
¡Basta de precariedad y salarios de miseria!
Por otro lado, los roles de género impuestos por
la sociedad patriarcal, y sobretodo el desmantelamiento de los servicios públicos y la política
de recortes y austeridad, recayendo mayoritariamente en las mujeres las tareas de cuidados,
han agravado y profundizado esta desigualdad y
opresión. En 2019 las mujeres seguimos siendo
las encargadas de los cuidados a terceros, tanto
en el ámbito doméstico como en el profesional.
Los sectores vinculados a los cuidados (SAD,
Geriatría, Intervención Social, atención a la Diversidad) son fundamentalmente femeninos (el
85% somos mujeres). Sólo nos supera en grado
de feminización el sector del Empleo Doméstico.
Sufrimos una clara discriminación de género por dedicarnos laboralmente a los Servicios Sociales. Los datos son claros. Para acabar con la brecha salarial de género, es imprescindible que los sueldos de sectores como el nuestro, el de los Servicios Sociales, predominantemente femenino, se equiparen al alza con los sueldos existentes en otros sectores, y que los dirigentes sindicales de CCOO y UGT dejen de firmar Convenios Colectivos que perpetúan la precariedad y los bajos salarios, como ha ocurrido con el nuevo Convenio de atención a la discapacidad.
La igualdad se conquista luchando en las calles. Es necesaria una acción sindical combativa para imponer verdaderos Planes de Igualdad en todas las empresas, y que la lucha por los derechos de la mujer trabajadora no se reduzca a meras acciones o planes simbólicos de cara a lavar la cara de los mismos empresarios que nos explotan y perpetúan esta desigualdad. Por eso es necesario recuperar un sindicalismo de clase y combativo, que nos permita, luchando junto a nuestros compañeros, arrancar mejoras salariales, estabilidad en el empleo, y verdaderas medidas de conciliación en igualdad de condiciones para mujeres y hombres. Este es el único camino, y no la política de gestos vacíos que practican los dirigentes sindicales cada 8 de marzo, para volver al día siguiente a la política de paz social y de constantes cesiones ante empresarios y empresarias.
Sufrimos una clara discriminación de género por dedicarnos laboralmente a los Servicios Sociales. Los datos son claros. Para acabar con la brecha salarial de género, es imprescindible que los sueldos de sectores como el nuestro, el de los Servicios Sociales, predominantemente femenino, se equiparen al alza con los sueldos existentes en otros sectores, y que los dirigentes sindicales de CCOO y UGT dejen de firmar Convenios Colectivos que perpetúan la precariedad y los bajos salarios, como ha ocurrido con el nuevo Convenio de atención a la discapacidad.
La igualdad se conquista luchando en las calles. Es necesaria una acción sindical combativa para imponer verdaderos Planes de Igualdad en todas las empresas, y que la lucha por los derechos de la mujer trabajadora no se reduzca a meras acciones o planes simbólicos de cara a lavar la cara de los mismos empresarios que nos explotan y perpetúan esta desigualdad. Por eso es necesario recuperar un sindicalismo de clase y combativo, que nos permita, luchando junto a nuestros compañeros, arrancar mejoras salariales, estabilidad en el empleo, y verdaderas medidas de conciliación en igualdad de condiciones para mujeres y hombres. Este es el único camino, y no la política de gestos vacíos que practican los dirigentes sindicales cada 8 de marzo, para volver al día siguiente a la política de paz social y de constantes cesiones ante empresarios y empresarias.
Solo así evitaremos, por ejemplo, que las evaluaciones de riesgo y los planes de prevención en
nuestro sector sean un mero paripé, afectándonos especialmente a las mujeres. Algo que lleva,
en la práctica, a que en muchas ocasiones conseguir la baja por riesgo durante el embarazo
suponga una lucha titánica para la trabajadora
(además del riesgo de quedar estigmatizada por
la empresa). Exigimos que en dichas situaciones
se reconozca automáticamente en cuanto la trabajadora comunique el riesgo existente.
Existe una realidad completamente invisibilizada, tratada como un tabú: la violencia machista
que sufrimos en el ejercicio de nuestras funciones en el puesto de trabajo, ejercida por usuarios
pero también por otros trabajadores. Esta violencia va desde insultos sexistas y ninguneo por
nuestra condición de mujeres, hasta situaciones
de acoso por razón de género y agresión sexual.
Por regla general, estas situaciones se minimizan e
incluso se ocultan. Es intolerable. Se debe ser dar
visibilidad a esta realidad, incluirla en las evaluaciones de riesgos y en los planes de prevención,
y conformarse Comités Mixtos de trabajadoras
y trabajadores que impidan con contundencia
este tipo de actuaciones y agresiones machistas.
Más hechos y menos palabras. El 8 de marzo,
¡huelga general de 24 horas!
Hay razones más que de sobra para paralizar
los centros de trabajo y secundar la HUELGA
GENERAL de 24 horas el próximo 8 de Marzo,
inundando las calles en centenares de manifestaciones convocadas a lo largo y ancho de todo
el Estado. Sin embargo, de nuevo, como el año
pasado, los dirigentes de CCOO y UGT plantean convocar paros parciales de dos horas, probablemente muchos de ellos acordados con las
propias empresas. ¡Ese no es el 8 de marzo que
queremos! ¡Queremos un 8 de marzo de huelga, lucha y reivindicación!
Un 8 de Marzo para enfrentar en las calles, con contundencia, a esa
derecha reaccionaria y franquista conformada
por VOX, el PP y Ciudadanos, que quieren hacernos retroceder en todos nuestros derechos
como mujeres y como trabajadoras.
La CGT ya ha convocado formalmente, junto
a otros sindicatos, Huelga General de 24 horas
para el 8 de marzo. Algunos sectores en CCOO,
como la Federación de Enseñanza o Intervención Social Madrid también han planteado ya la convocatoria de huelga general, así como el Sindicato
de Estudiantes, llamando a las y los estudiantes
en institutos y universidades de todo el Estado a
paralizar las aulas. ¡Este es el camino! ¡Solo así
derrotaremos a la derecha y a la reacción! ¡Y
solo así acabaremos con la violencia machista y
la austeridad capitalista!
¡Todas y todos a la huelga y a las manifestaciones!
sábado, 16 de febrero de 2019
En defensa de un servicio de Salud Mental público y de calidad
Desde el comienzo de la crisis el aumento de
personas que han tenido algún problema de salud mental ha sido constante, una auténtica epidemia, así como el del número de suicidios, sin
duda, la consecuencia más dramática de un problema de salud mental. Esto ha sido consecuencia principalmente de las políticas de recortes y
de austeridad implementadas por los diferentes
gobiernos, tanto el Gobierno central como los de
las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
Cualquier persona ajena al sector de la salud
mental podría esperar que esta situación fuera
denunciada por las empresas que trabajan en
este ámbito, que se autodenominan eufemísticamente como entidades o instituciones, y que
emprendieran un movimiento de protesta para
revertir esta situación, es decir, que trabajaran
para mejorar la salud mental de la población,
lo que se supone que debe ser su objetivo y fin.
Sin embargo, nos encontramos justo lo contrario, asistimos a una lucha entre estas empresas
por acaparar políticos que acudan a sus eventos
de cara a conseguir lucrativos contratos. Eventos
donde volverán a repetir sus fabulosos propósitos
al lado de aquellos mismos políticos responsables
de negar los recursos económicos necesarios para
garantizar servicios de salud mental dignos y de
calidad. Alegan que no hay recursos, al tiempo
que apoyan la modificación del artículo 135 de
la Constitución, donde se especifica que es más
importante el pago de la deuda bancaria que otorgar recursos a las personas con algún problema
de salud mental.
¡Basta de hacer negocios a costa
de la salud mental!
Que la salud mental es un negocio está claro.
Actualmente grupos de capital de alto riesgo de
Alemania se han fijado en este sector como una
fuente de inversión y por supuesto de lucrativos
beneficio. Para comprender esto baste decir que
la Comunidad de Madrid otorga a una empresa
de este tipo 93€ por persona y día en un contexto
residencial, es decir, con lo que genera una persona pueden pagar el sueldo de dos profesionales. De esta forma los usuarios/as se convierten
en un bien preciado, siendo considerados como
meros productos con los que obtener beneficios.
Estas empresas buscan ampliar el número de
plazas, para obtener más recursos públicos, pero
manteniendo en los huesos sus plantillas de profesionales y empeorando, por tanto, el servicio. De
esta manera sus beneficios aumentan de manera
exponencial pero, en vez de invertir en nuevos
recursos, se aumentan los sueldos de los cargos
directivos de estas compañías, aunque sin que
sea posible saber su salario, así como los complementos económicos que obtienen, lo que implica
una total falta de transparencia. Algo consentido
por el poder político, que garantiza a estas empresas un chorro de dinero público, ¡de todos!,
encontrando además en estas fundaciones, asociaciones y demás organismos, un fiel aliado que
no cuestione su estatus ni reivindique mayor justicia social. ¡Negocios son negocios!
La precariedad laboral del sector
degrada el servicio y perjudica a las familias
Estas empresas que presumen de integración y
de cuidar a sus trabajadores, apenas pagan el salario mínimo a sus empleados con discapacidad
alegando que al menos tienen un trabajo, pues
de lo contrario, con la discapacidad que padecen, no podrían conseguir ninguno. Al tiempo
que dicen esto, asistimos a su despliegue de acciones anti-estigma y propósitos de integración.
¡Vaya cinismo!
El resto de trabajadores tampoco tienen una
situación muy diferente: años de congelación
salarial (algunas empresas siguen pagando los
mismos salarios que en el año 2011), pérdida de
días de vacaciones, eliminación de los trienios…
recortes todos ellos motivados, según estas empresas, por la crisis económica y por la difícil situación que atraviesan. Esta excusa supone un
formidable acto de cinismo por parte de empresas que, mientras empobrecen a sus trabajadores, organizan acciones formativas en las cuales
directivos y altos cargos de dichas empresas reciben bonificaciones y complementos por cuatro horas que pueden ascender a dos semanas de
trabajo de cualquier trabajador, o realizan viajes
de “reflexión” que implican dos días en otra ciudad y los gastos que eso conlleva. ¡Para eso se ve
que sí hay recursos! Y todo esto en empresas y
“fundaciones” que funcionan financiadas con
dinero público, dinero de todas y todos.
Defender un servicio público de calidad
y condiciones laborales dignas
Un comportamiento que debería ser denunciado
por los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT)
que jamás, al menos hasta ahora, han mostrado
interés por el sector de la diversidad funcional,
hasta el punto de negarse a defender la necesidad de que el servicio vuelva a ser público y
que no sea un coto de caza privado para que
distintas grandes empresas y multinacionales
hinchen su cuenta de resultados.
Es imprescindible exigir a los llamados agentes sociales que tengan el mismo discurso que
mantiene con la sanidad y la educación, que luchen por la dignidad profesional de las personas que se dedican a este ámbito, y por defender
un servicio 100% público de salud mental.
Los
sueldos en dichos sectores prácticamente doblan
la remuneración que recibe alguien que trabaje
en el sector de la salud mental y que tenga una
titulación equivalente. Para dignificar las condiciones de nuestros sector, y la propia calidad del
servicio, las y los trabajadores necesitamos organizarnos y luchar por nuestro reconocimiento profesional, dejando en el olvido frases que la
patronal ha querido que asimiláramos, de cara
a justificar nuestra precariedad y bajos salarios,
como “la satisfacción personal es más importante que el dinero” o “me gusta lo que hago y con
eso me doy por satisfecho”. Nuestra profesión es
de vital importancia en la sociedad y como tal
debemos considerarla.
martes, 12 de febrero de 2019
Estamos trabajando en ello
Cadena Ser se hace eco de la realidad de las mujeres sin hogar, en la noticia El limbo de las víctimas de violencia de género, sin hogar y con consumos o problemas de salud mental.
Algunos extractos:
"Esas mujeres pierden su condición de mujer para meterse en el cajón de sastre de la red de personas sin hogar"
"En los recursos de la red no solo no están protegidas, sino que están con luminosos. Abusan de ellas y trafican con ellas"
"El 60% de los delitos de aporofobia son contra mujeres y, de esos, el 19% son agresiones sexuales. La seguridad de las mujeres en la red de personas sin hogar no está garantizada. No tienen reconocido su derecho a la intimidad, la atención a las necesidades de higiene íntimas y, además, coinciden con sus agresores"
Esta vez el marrón mediático le ha tocado a Maria Jesús Utrilla. ¿La respuesta del Ayuntamiento? Estamos trabajando en ello. Si no se lo creen, lean la noticia. Y si se lo creen, también. A ver si antes del 8M hemos terminado el trabajo. Es urgente.
lunes, 4 de febrero de 2019
Nunca nos regalaron nada. 100 años de la huelga de La Canadiense
Este mes se celebra el centenario de uno de los acontecimientos más relevantes en la historia del movimiento obrero, la gran movilización obrera que obligó al Conde de Romanones a firmar por decreto la jornada laboral de ocho horas (Un siglo de la huelga de la Canadiense o cómo se consiguió tu jornada laboral de 8 horas).
Buen momento para recordar que nunca nadie nos regaló nada. Lo poco o mucho que avanzamos es siempre gracias a la lucha organizada. ¡Toca volver a hablar de la jornada de 35 horas!